miércoles, 24 de agosto de 2016

La banda sonora de la ballena. Impresiones.

En cierta ocasión leí unas declaraciones de Alejandro Sanz en las que explicaba sus primeras impresiones como persona de éxito. Decía que no tuvo constancia de ser una persona famosa hasta el día en que recibió una lluvia de tomatazos en uno de sus conciertos. El sábado pasado preparé una bolsa amplia con la esperanza de hacer acopio de tan exquisito fruto -que no verdura- por si alguno de los presentes en la concertulia “La banda sonora de la ballena” se dignaba a hacerme el rojo obsequio, y es que me encanta el gazpacho y el salmorejo. Pero no, no fue posible. A cambio me llevé uno de los ratitos más agradables de los últimos tiempos en compañía de muchos familiares, contertulios de Rayuela, amistades y, algo que también me sorprendió, muchas personas a las que no tenía el gusto de conocer previamente y que habían disfrutado con la lectura de la novela.




El acto consistió en dos partes: un debate sobre Los años de la ballena y un concierto de música. Los asistentes hicieron preguntas, compartieron opiniones, departieron sobre anécdotas, impresiones, vivencias propias, etc. La charla fue muy amena, las intervenciones interesantísimas y, como consecuencia, el tiempo voló en una noche perfecta de poniente en calma y una hermosa luna anaranjada y casi llena en el Centro de Visitantes del Parque Natural Bahía de Cádiz. Pero no todo fue literatura, también tuvimos música. El grupo Delikados, con el que tengo el placer de compartir una de las actividades con las que más disfruto, aportó la parte musical con temas que fueron famosos en la época en la que Rubén, protagonista de los años de la ballena, paseaba por las calles de Barcelona, Jerez, San Fernando y Cádiz. Interpretamos temas de Los Módulos, Triana, Creedence, Cecilia, Santana, Hilario Camacho, Aute, Serrat, Sabina… con los que disfrutamos todos. Fue una verdadera delicia ver a tanta gente acompañándonos en las letras de las canciones o incluso bailando, pero sobre todo a mi nieta María que nos encandiló a todos con un ritmo envidiable, sobre todo para quienes ya vamos notando ciertas limitaciones en los movimientos de cintura. Pa comérsela.




Entre las distintas anécdotas o pasajes de la novela, destacaron las intervenciones relativas a las palabras usadas por Marta en su narración, los rincones de San Fernando y otras ciudades citados en sus páginas, algunos de sus personajes y sus características, el poso de sabiduría que demuestra Marta en las grabaciones, la Transición, las posibles consecuencias políticas de su publicación, los patios con pozo, los galápagos en los aljibes, etc. Los personajes que más juego dieron: Fali Caballocartón y Marina. Los dos son objeto del cariño y la empatía de los lectores, algo que  se demostró con creces en la tertulia.




Las dos partes del evento, la literaria y la musical, fueron posibles gracias al buen hacer de la escritora M. Carmen Orcero Domínguez, que preparó la moderación y presentación del debate con un gusto exquisito, y a los componentes del grupo Delikados: Pepe Morilla, Julio, Andrés Otero y Agustín. Con ellos, con su bagaje musical, su generosidad y su constante alegría, he disfrutado en el camino hacia este magnífico encuentro a base de ensayos, buen jamón, queso payoyo y cerveza fresquita... qué dura es la vida del artista. Como dice Agustín: “Qué vida ésta, así más vale no morirse”.




Cualquiera de las asistencias la agradezco como un verdadero regalo pero, para colmo de bondades, en estos días y en el mismo evento he recibido cariño en forma de regalos físicos: una preciosa acuarela regalo de María Dolores Galán, creada por su amigo Sergio, poeta como ella; un caballo de juguete para mi nieta María de María Luisa Merino, fabricado artesanalmente por ella misma; un móvil atrapasueños de artesanía de ganchillo, de Chúss Fernández; y un libro con sus propios poemas de José Luís Morilla Fernández, padre de  Pepe Morilla, dos generaciones de arte y generosidad como muy pocas veces he visto.








No los puedo nombrar a todos, fueron muchos los asistentes y correría el riesgo de que se me quedara alguien fuera, pero sí quiero dar las gracias, además, a quienes han aportado estas fotografías: Alejandro Díaz, Juan Valenzuela, Marión Suárez y M. Carmen Rubio. Tampoco pude dedicar unos minutos a cada uno y cada una, lo siento, pero no nombraros no significa que no os agradezca con todas mis ganas vuestra presencia y participación en esta entrañable Banda Sonora de la ballena.



Sonrisas, risas, bailes desinhibidos, regalos y caras de satisfacción. ¿Qué más podríamos pedir? Bueno, sí, la próxima vez podría pedir tomates. Pondrían el colofón a una noche inolvidable y al día siguiente curaría mi resaca de emociones a base de gazpacho y salmorejo fresquitos.

Queridísimos masconatos y masconatas. Muchas gracias por seguir alimentando a la ballena, nos vemos en la singladura.


       Salud y buena compañía
       Antonio Díaz González

sábado, 13 de agosto de 2016

La banda sonora de la ballena




¿Has leído ya Los años de la ballena? ¿Te gustaría intercambiar tus emociones, impresiones o detalles de la novela con otros lectores? Esta será la mejor ocasión, la primera vez que se organiza un taller de lectura o libro-forum en torno a este libro. 

Hasta ahora había participado en presentaciones, pero esta será una experiencia muy distinta. Por fin podremos desentrañar los entresijos de sus misterios sin temor a fastidiar a futuros lectores. 

Nos reuniremos en el Centro de Visitantes del Parque Natural Bahía de Cádiz el próximo sábado día 20 de agosto a las 21.00 h.  El acto será presentado y moderado por la escritora María del Carmen Orcero. Al finalizar podremos disfrutar de un concierto del grupo Delikados que interpretará algunas de las canciones que se oían en la Transición, periodo importante de nuestra historia en el que se desarrolla gran parte de Los años de la ballena.

Estamos en agosto, es tiempo de buscar motivos para disfrutar de buena compañía, de sonreír y, si el ambiente se presta a ello, incluso de bailar. El lugar es idílico, no te lo pienses mucho.

Si aún no la has leído estás a tiempo, pincha en la imagen para descargarla gratuitamente: 


Nos vemos el sábado día 20.


Antonio Díaz González



P.D. Si no sabes llegar al sitio, haz clic aquí.

La banda sonora de la ballena




¿Has leído ya Los años de la ballena? ¿Te gustaría intercambiar tus emociones, impresiones o detalles de la novela con otros lectores? Esta será la mejor ocasión, la primera vez que se organiza un taller de lectura o libro-forum en torno a este libro. 

Hasta ahora había participado en presentaciones, pero esta será una experiencia muy distinta. Por fin podremos desentrañar los entresijos de sus misterios sin temor a fastidiar a futuros lectores. 

Nos reuniremos en el Centro de Visitantes del Parque Natural Bahía de Cádiz el próximo sábado día 20 de agosto a las 21.00 h.  El acto será presentado y moderado por la escritora María del Carmen Orcero
Al finalizar podremos disfrutar de un concierto del grupo Delikados que interpretará algunas de las canciones que se oían en la Transición, periodo importante de nuestra historia en el que se desarrolla gran parte de Los años de la ballena.

Estamos en agosto, es tiempo de buscar motivos para disfrutar de buena compañía, de sonreír y, si el ambiente se presta a ello, incluso de bailar. El lugar es idílico, no te lo pienses mucho.

Si aún no la has leído estás a tiempo, pincha en la imagen para descargarla gratuitamente: 


Nos vemos el sábado día 20.


Antonio Díaz González



P.D. Si no sabes llegar al sitio, haz clic aquí.

martes, 9 de agosto de 2016

Dos caballos, Fali y María Luisa

Dos caballos, Fali y María Luisa


Ayer recibí una agradabilísima sorpresa. Hay muchas cosas que me emocionan, pero saber que crecen tus afectos personales a través de los personajes de tu novela es algo impagable.

En los años de la ballena aparece Fali Caballocartón, un personaje infantil tierno e inocente que se ve envuelto en una anécdota relacionada con su caballo de cartón. Cada vez que he leído ese pasaje de la novela en alguna presentación, han florecido las emociones entre las personas mayores y me han contado infinidad de anécdotas parecidas de su infancia.

Fali se convirtiría más adelante en un personaje determinante en Los años de la ballena, esa parte no está inspirada en ningún personaje real. Sin embargo el pasaje del caballo de cartón es una historia real que me contó un viejo amigo y que le sucedió a él personalmente. Hasta ahora no he tenido ocasión de hablar con él y explicarle que su historia, esa que me contó hace tantos años, ha aparecido en una novela y está haciendo disfrutar y emocionarse a multitud de personas, pero en breve eso cambiará. Muy pronto apareceré por su casa para hacerle un regalo, un caballo de juguete. Sí, eso has leído, un caballo de juguete, y os explico:

Hace varios meses presenté la novela en Arcos de la Frontera por segunda vez, en esta ocasión invitado por la Asociación para la Memoria Histórica de Arcos y presentado por Pedro Sevilla, poeta arcense –en estos tiempos, qué pocas veces se usa tan acertadamente la palabra ‘poeta’-. Después del acto tuvimos ocasión de charlar en un bar buena parte de los asistentes, como por ejemplo Antonio Ortega, presidente de la asociación, y Cándido Ruíz, periodista, presentador del acto y autor de una emotiva reseña. Fue un rato muy agradable, disfruté muchísimo de la calidad humana de un grupo tan joven como preparado en todos los sentidos. En ese grupo también estaba María Luisa Merino y su esposo. Ella me confesó haber leído ya la novela y se mostró encantada, hasta un punto que casi me da pudor explicar aquí. Su entusiasmo me conmovió y me demostró la grandeza de las letras, de la creación, me demostró por qué es tan hermoso crear personajes y vidas ficticias.





Meses más tarde, María Luisa Merino se las compuso para averiguar mi dirección y enviarme desde Arcos de la Frontera un paquete con dos regalos, dos caballos de juguete, uno para mi nieta María y otro para mi amigo, el personaje real que me había inspirado para crear a Fali Caballocartón. Son dos caballos artesanales construidos por ella misma para este fin. Imaginaros, no tengo palabras para explicaros mi emoción y mi agradecimiento. María Luisa Merino ha entendido perfectamente el sentido de la historia de Los años de la ballena, ha conseguido zambullirse en su micromundo literario y la ha hecho suya. Y yo, a estas alturas, ya soy un mero espectador de las vidas de Marta, Rubén, Jenny y Matt. Ya miro sus aventuras como un padre ve a sus hijos mayores desenvolverse en la vida, o como un abuelo ve a su pequeña nieta correteando el salón, con las cintas de colores de su caballo de palo al viento. Muchísimas gracias, María Luisa.