En
cierta ocasión leí unas declaraciones de Alejandro Sanz en las que explicaba
sus primeras impresiones como persona de éxito. Decía que no tuvo constancia de
ser una persona famosa hasta el día en que recibió una lluvia de tomatazos en
uno de sus conciertos. El sábado pasado preparé una bolsa amplia con la
esperanza de hacer acopio de tan exquisito fruto -que no verdura- por si alguno
de los presentes en la concertulia “La banda sonora de la ballena” se dignaba a
hacerme el rojo obsequio, y es que me encanta el gazpacho y el salmorejo. Pero
no, no fue posible. A cambio me llevé uno de los ratitos más agradables de los
últimos tiempos en compañía de muchos familiares, contertulios de Rayuela, amistades y, algo que también me sorprendió, muchas
personas a las que no tenía el gusto de conocer previamente y que habían
disfrutado con la lectura de la novela.
El
acto consistió en dos partes: un debate sobre Los años de la ballena y un concierto de música. Los asistentes
hicieron preguntas, compartieron opiniones, departieron sobre anécdotas,
impresiones, vivencias propias, etc. La charla fue muy amena, las
intervenciones interesantísimas y, como consecuencia, el tiempo voló en una noche
perfecta de poniente en calma y una hermosa luna anaranjada y casi llena en el
Centro de Visitantes del Parque Natural Bahía de Cádiz. Pero no todo fue
literatura, también tuvimos música. El grupo Delikados, con el que tengo el placer
de compartir una de las actividades con las que más disfruto, aportó la parte
musical con temas que fueron famosos en la época en la que Rubén, protagonista
de los años de la ballena, paseaba por las calles de Barcelona, Jerez, San
Fernando y Cádiz. Interpretamos temas de Los Módulos, Triana, Creedence, Cecilia, Santana,
Hilario Camacho, Aute, Serrat, Sabina… con los que disfrutamos todos. Fue una verdadera delicia ver a tanta gente acompañándonos en las letras de las canciones o incluso bailando, pero sobre
todo a mi nieta María que nos encandiló a todos con un ritmo envidiable, sobre
todo para quienes ya vamos notando ciertas limitaciones en los movimientos de
cintura. Pa comérsela.
Entre
las distintas anécdotas o pasajes de la novela, destacaron las intervenciones relativas
a las palabras usadas por Marta en su narración, los rincones de San Fernando y
otras ciudades citados en sus páginas, algunos de sus personajes y sus
características, el poso de sabiduría que demuestra Marta en las grabaciones, la
Transición, las posibles consecuencias políticas de su publicación, los patios con pozo, los galápagos en los aljibes, etc. Los personajes
que más juego dieron: Fali Caballocartón y Marina. Los dos son objeto del
cariño y la empatía de los lectores, algo que se demostró con creces en la tertulia.
Las
dos partes del evento, la literaria y la musical, fueron posibles gracias al buen hacer
de la escritora M. Carmen Orcero Domínguez, que preparó la moderación y presentación
del debate con un gusto exquisito, y a los componentes del grupo Delikados: Pepe
Morilla, Julio, Andrés Otero y Agustín. Con ellos, con su bagaje musical, su generosidad y su constante alegría, he disfrutado en el camino hacia
este magnífico encuentro a base de ensayos, buen jamón, queso payoyo y cerveza
fresquita... qué dura es la vida del artista. Como dice Agustín: “Qué vida ésta,
así más vale no morirse”.
Cualquiera
de las asistencias la agradezco como un verdadero regalo pero, para colmo de
bondades, en estos días y en el mismo evento he recibido cariño en forma de
regalos físicos: una preciosa acuarela regalo de María Dolores Galán, creada
por su amigo Sergio, poeta como ella; un caballo de juguete para mi nieta
María de María Luisa Merino, fabricado artesanalmente por ella misma; un móvil
atrapasueños de artesanía de ganchillo, de Chúss Fernández; y un libro con sus
propios poemas de José Luís Morilla Fernández, padre de Pepe Morilla, dos generaciones de arte y generosidad
como muy pocas veces he visto.
No los puedo nombrar a todos, fueron muchos los asistentes y correría el riesgo de que
se me quedara alguien fuera, pero sí quiero dar las gracias, además, a quienes han aportado estas fotografías: Alejandro Díaz, Juan Valenzuela, Marión Suárez y M. Carmen Rubio. Tampoco pude dedicar unos minutos a cada uno y
cada una, lo siento, pero no nombraros no significa que no os agradezca con
todas mis ganas vuestra presencia y participación en esta entrañable Banda
Sonora de la ballena.
Queridísimos masconatos y masconatas. Muchas
gracias por seguir alimentando a la ballena, nos vemos en la singladura.
Salud y buena compañía
Antonio Díaz González
Salud y buena compañía
Antonio Díaz González
Gracias a ti por hacer que tu ballena nos hiciera a todos vivir años que no conocimos y disfrutar con personajes tan entrañables como Marta. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti por tu participación, M. Carmen, y por hacer público tu disfrute. Es un placer recibir el apoyo de personas que saben lo que es escribir tan bien como es tu caso. Otro abrazo para ti.
EliminarFue una noche de amigos en torno a una obra que merece la pena leer con detenimiento porque hay mucho entre líneas.
ResponderEliminarY felicidades a Los Delikados que nos hicieron cantar y evocar un tiempo en el que amenazábamos con comernos el mundo. Y en eso estamos.
Un abrazo
Ese detalle de "entre líneas" demuestra que la has disfrutado con detenimiento. Y con respecto a la música, lo hacemos con tanto cariño que no podría salir mal, Leonor. Sé que sabes bien lo que es comerseel mundo, sobre todo en momentos en los que toca luchar, por eso es tan válida tu opinión. Muchísimas gracias a ti, otro abrazo.
EliminarGracias a ti por hacernos pasar una noche estupenda!!! Irradias alegria y positividad en tu mirada y en tus palabras. Un abrazo y hasta la proxima, espero. (La hermana pequeña de pepe morilla)
ResponderEliminarMe encantó verte y, sobre todo, saber que disfrutabas tanto de las dos partes del acto. Estoy seguro de que habrá más ocasiones. Muchísimas gracias por unirte a estos momentos tan emotivos. Un abrazo.
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