Mi
padre solía desaparecer de vez en cuando. Se pasaba semanas fuera de casa y
cuando volvía me contaba a escondidas el motivo de sus huidas. Era espía, solo
yo conocía su secreto. Mi madre y mis tías decían que era un borracho y un
vago. Qué tontas. El verano pasado desapareció de nuevo y no volvió más. En
estos meses me lo he imaginado salvando vidas o persiguiendo a terroristas. Esta
mañana me ha llevado mi madre al Corte Inglés, me ha sentado en las rodillas
del rey Mechor y se ha puesto a charlar con las otras madres de la cola. El rey
olía un poco a vino pero luego me di cuenta de que era para despistar. Se
estiró la barba y era mi padre. Me chistó con el dedo en los labios para que le
guardara el secreto y me dejó ir. Hoy estoy feliz, por fin le han dado una
misión importante.
Increíble !!
ResponderEliminarMenos mal q el crío se Ilusionó orgulloso !!
,,,,,ya no creía en los reyes y era mayor, jejejeje, sólo le quedaba la misión de espía !!
MUY BUENO !!
Gracias
Muchas gracias, Fernando. Esta es otra de las aristas de la inocencia. ;-)
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